En una red municipal de abastecimiento de agua de un pueblo existen varios indicios que los vecinos y vecinas pueden detectar y que podrían indicar la existencia de una fuga. Algunos de los más comunes son:
1) Presencia de zonas húmedas o encharcadas: Si un vecino nota que hay áreas del suelo que están constantemente húmedas o tienen charcos sin que haya llovido recientemente, esto puede ser un signo de una fuga subterránea.
2) Descenso en la presión del agua: Una disminución notable en la presión del agua al abrir los grifos puede indicar que hay una pérdida de agua en algún tramo de la red de abastecimiento.
3) Sonidos de agua corriendo: En algunos casos, los vecinos pueden escuchar sonidos de agua corriendo en zonas donde no debería haber flujo de agua, como cerca de calles, aceras o jardines.
4) Grietas en el pavimento o en las aceras: Las fugas subterráneas de agua pueden ejercer presión sobre el suelo, provocando grietas o levantamientos en el pavimento o las aceras.
5) Incremento inusual en el consumo de agua: Si los vecinos observan que el consumo de agua registrado es anormalmente alto en los recibos municipales, podría ser una señal de que hay una fuga en la red.
6) Zonas verdes inusualmente frondosas: Si ciertas áreas del césped o jardín se ven más verdes y crecen de forma más rápida y densa que el resto, podría ser por la humedad adicional que proporciona una fuga subterránea.
7) Olores a humedad o moho: En zonas cercanas a la fuga, es posible que los vecinos perciban olores a humedad o moho debido a la acumulación de agua subterránea.
8) Ruido constante en las tuberías: Aunque es menos común que los vecinos lo noten, si alguna vez se escucha un ruido constante de agua en las tuberías, especialmente en momentos en que no se está utilizando el agua, podría ser un indicio de fuga.
Es importante que, ante la detección de estos indicios, los vecinos y vecinas comuniquen la situación a las autoridades municipales para que se realicen las inspecciones y reparaciones necesarias.